jueves, 7 de marzo de 2013

Los Soprano. Con más años encima y más fantasmas en la memoria

Italo-Americanos ambiciosos y de armas tomar.


Muchos años han pasado ya, desde que la HBO irrumpiese en nuestros hogares con una serie que cautivó a todo aquel que fuese susceptible al embrujo de la Cosa Nostra. Tal y como se dilucidó en el capítulo piloto, se trataba de una producción realmente ambiciosa, con un casting de lujo (encabezado por un malhumorado James Gandolfini), y unos excelentes Guiones, capaces de sostenerse en cada episodio con la calidad propia de un Largometraje.

Con el paso del tiempo, la serie ha envejecido a la perfección, como el mejor de los vinos, justificando así sus múltiples premios (especialmente en la ceremonia de los Globos de oro). Todas y cada una de las tramas que componen las 6 temporadas ofertan diversas lecturas, ya sea el lo terrenal (ambición, violencia gratuita...) como en lo espiritual, gracias a aquellos fantásticos giros de Guión en los que predominaba el realismo mágico. 

En este universo, cada acción se cuantifica y tiene repercusiones.

No importa las veces que se vea la serie al completo, ya que en el universo de Los Soprano siempre podremos descubrir algo nuevo, gracias al excelente contexto social e histórico en el que fue creado, y por nuestra propia experiencia vital, que nos hará entender más y mejor las motivaciones de tan rocambolescos individuos, que nos resultan tan lejanos como familiares.

Los Soprano es una fantástica historia que mantiene su calidad de principio a fin, sin demasiados altibajos, ya que a pesar de la famosa huelga de guionistas, que tantos estragos causó en los medios audiovisuales (véase Lost...) siempre mantuvo el tipo y jamás bajó el nivel. No obstante, es honrado mencionar su polémico final, ya que no conformó a un número considerable de adeptos, generando toda clase de interpretaciones y disputas en la red. El mencionado broche final de la serie, viéndolo algunos años después desde otra perspectiva, me parece sensacional.

2 comentarios:

  1. Una de mis cuentas pendientes es disfrutar de esta serie... y voto a bríos que lo haré tarde o temprano.

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