jueves, 25 de julio de 2013

Offspring. Más gore y menos sofisticación.

En 2009 Andrew van den Houten adaptó sin ningún complejo a la gran pantalla el libro homónimo de Jack Ketchum. La sintonía entre director y escritor resulto ser tan positiva que el propio Ketchum se encargó de guionizar el Film. 



Una tribu de caníbales ha sembrado el caos y el dolor durante décadas por la costa noroeste de los Estados Unidos, asesinando de forma retorcida y secuestrando bebés para su sustento o para seguir perpetuando la existencia del clan. Liderados por una cazadora experta, deciden asentarse en una localidad próxima al mar y nutrirse de sus habitantes. Todo se tuerce cuando asaltan una vivienda que les supone cierta resistencia a causa del espíritu combativo de sus propietarios (parte de la historia es concebida bajo el punto de vista de un heroico niño y su problemático progenitor). La intervención de un agente de policía retirado, será fundamental en la lucha contra los caníbales degenerados. 

Crueldad y violencia son los invitados estrella de esta modesta producción.
Película sencilla, bien adaptada, pero con excesivas carencias en la narrativa. Su lenguaje audiovisual sufre altibajos, pero se recupera gracias a la crueldad y carencia total de censura, lo cual enriquece el concepto que defiende el guión. Lo mejor del film, sin duda alguna, es que fue el pilar que dio luz verde al rodaje de la polémica y galardonada The Woman (Lucky McKee, 2011), que se basa en el mismo universo creado por Jack Ketchum, pero abordado con mucho más acierto.

Mejor no caer en manos de estos infantes...

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